Fondare 69 Risultati per: llamada

  • Había también allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que, casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. (Lucas 2, 36)

  • En seguida, Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran multitud. (Lucas 7, 11)

  • y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios; (Lucas 8, 2)

  • Al regresar, los Apóstoles contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Él los llevó consigo, y se retiró a solas con ellos hacia una ciudad llamada Betsaida. (Lucas 9, 10)

  • Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra. (Lucas 10, 39)

  • Estaba cerca la fiesta de los Ácimos, llamada Pascua. (Lucas 22, 1)

  • Llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. (Juan 4, 5)

  • Junto a la puerta de las Ovejas, en Jerusalén, hay una piscina llamada en hebreo Betsata, que tiene cinco pórticos. (Juan 5, 2)

  • Por eso él no se mostraba más en público entre los judíos, sino que fue a una región próxima al desierto, a una ciudad llamada Efraín, y allí permaneció con sus discípulos. (Juan 11, 54)

  • Allí encontraron a un paralítico de nacimiento, que ponían diariamente junto a la puerta del Templo llamada «la Hermosa», para pedir limosna a los que entraban. (Hechos 3, 2)

  • Reconocieron que era el mendigo que pedía limosna sentado a la puerta del Templo llamada «la Hermosa», y quedaron asombrados y llenos de admiración por lo que le había sucedido. (Hechos 3, 10)

  • Algunos miembros de la sinagoga llamada «de los Libertos», como también otros, originarios de Cirene, de Alejandría, de Cilicia y de la provincia de Asia, se presentaron para discutir con él. (Hechos 6, 9)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina