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  • De pronto llegó a un lugar, y se detuvo en él para pasar la noche, porque ya se había puesto el sol. Tomó una de las piedras del lugar, se la puso como almohada y se acostó allí. (Génesis 28, 11)

  • Tu descendencia será numerosa como el polvo de la tierra; te extenderás hacia el este y el oeste, el norte y el sur; y por ti y tu descendencia, se bendecirán todas las familias de la tierra. (Génesis 28, 14)

  • Apenas Jacob vio a Raquel, la hija de su tío Labán, que traía el rebaño, se adelantó, hizo rodar la piedra que cubría la boca del pozo, y dio de beber a las ovejas de su tío. (Génesis 29, 10)

  • Pero Jacob, indignado, le respondió: "¿Aca-so yo puedo hacer las veces de Dios, que te impide ser madre?". (Génesis 30, 2)

  • Ella añadió: "Aquí tienes a mi esclava Bilhá. Únete a ella, y que dé a luz sobre mis rodillas. Por medio de ella, también yo voy a tener hijos". (Génesis 30, 3)

  • Lía dijo entonces: "¡Qué felicidad! Porque todas las mujeres me felicitarán". Y lo llamó Aser. (Génesis 30, 13)

  • Pero Lía respondió: "¿No te basta con haberme quitado a mi marido, que ahora quieres arrebatarme también las mandrágoras de mi hijo?". "Está bien, respondió Raquel, que esta noche duerma contigo, a cambio de las mandrágoras de tu hijo". (Génesis 30, 15)

  • Al atardecer, cuando Jacob volvía del campo, Lía salió a su encuentro y le dijo: "Tienes que venir conmigo, porque he pagado por ti las mandrágoras que encontró mi hijo". Aquella noche Jacob durmió con ella, (Génesis 30, 16)

  • Dame a mis mujeres, por las que te he servido, y a mis hijos, para que pueda irme. Porque tú sabes muy bien cuánto trabajé por ti". (Génesis 30, 26)

  • Revisa hoy mismo todo tu rebaño, y aparta de él todas las ovejas negras y todas las cabras moteadas o manchadas. Ese será mi salario. (Génesis 30, 32)

  • Pero aquel mismo día, Labán separó los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas -todo lo que tenía una mancha blanca- y todos los corderos negros, y los confió al cuidado de sus hijos. (Génesis 30, 35)

  • Jacob tomó unas ramas verdes de álamo, almendro y plátano, y trazó en ellas unas franjas blancas, dejando al descubierto la parte blanca de las ramas. (Génesis 30, 37)


“Que Jesus reine sempre soberano no seu coração e o faça cada vez mais digno de seus divinos dons.” São Padre Pio de Pietrelcina