Fondare 6337 Risultati per: las

  • La gloria de Dios estaba en ella y resplandecía como la más preciosa de las perlas, como una piedra de jaspe cristalino. (Apocalipsis 21, 11)

  • Estaba rodeada por una muralla de gran altura que tenía doce puertas: sobre ellas había doce ángeles y estaban escritos los nombres de las doce tribus de Israel. (Apocalipsis 21, 12)

  • Los cimientos de la muralla estaban adornados con toda clase de piedras preciosas: el primer cimiento era de jaspe, el segundo de zafiro, el tercero de ágata, el cuarto de esmeralda, (Apocalipsis 21, 19)

  • Las doce puertas eran doce perlas y cada puerta estaba hecha con una perla enteriza. La plaza de la Ciudad era de oro puro, transparente como el cristal. (Apocalipsis 21, 21)

  • Las naciones caminarán a su luz y los reyes de la tierra le ofrecerán sus tesoros. (Apocalipsis 21, 24)

  • Se le entregará la riquezay el esplendor de las naciones. (Apocalipsis 21, 26)

  • Tampoco existirá la noche, ni les hará falta la luz de las lámparas ni la luz del sol, porque el Señor Dios los iluminará, y ellos reinarán por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 22, 5)

  • ¡Volveré pronto! Feliz el que cumple las palabras proféticas de este Libro». (Apocalipsis 22, 7)

  • Pero él me dijo: «¡Cuidado! No lo hagas, porque yo soy tu compañero de servicio, el de tus hermanos los profetas, y el de todos aquellos que conservan fielmente las palabras de este Libro. ¡Es a Dios a quien debes adorar!». (Apocalipsis 22, 9)

  • Y agregó: «No mantengas ocultas las palabras proféticas de este Libro porque falta poco tiempo. (Apocalipsis 22, 10)

  • ¡Felices los que lavan sus vestiduras para tener derecho a participar del árbol de la vida y a entrar por las puertas de la Ciudad! (Apocalipsis 22, 14)

  • Yo, Jesús, he enviado a mi mensajero para dar testimonio de estas cosas a las Iglesias. Yo soy el Retoño de David y su descendencia, la Estrella radiante de la mañana. (Apocalipsis 22, 16)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina