Fondare 401 Risultati per: cosas
Ningún extraño podrá comer de las cosas sagradas, ni tampoco lo harán el huésped o el jornalero de un sacerdote. (Levítico 22, 10)
Pero si un sacerdote adquiere con su dinero un esclavo, este podrá comer de las cosas sagradas; y también los esclavos nacidos en su casa podrán comer de su pan. (Levítico 22, 11)
Ninguno de los bienes que pertenecen a una persona -ya sea un hombre, un animal o un campo de su propiedad- podrá ser vendido o rescatado si ha sido consagrado al Señor por el exterminio total: todas esas cosas están exclusivamente consagradas al Señor. (Levítico 27, 28)
"Acéptales estas cosas para que sean usadas en el culto de la Carpa del Encuentro, y dáselas a los levitas de acuerdo con el servicio que presta cada uno". (Números 7, 5)
-cualquiera de las cosas que el Señor les ordenó por medio de él- desde el momento en que el Señor les impuso el mandamiento, y después, a lo largo de las generaciones, se procederá de la siguiente manera: (Números 15, 23)
Moisés dijo: "En esto conocerán que ha sido el Señor el que me envió a hacer estas cosas, y que no es un capricho mío: (Números 16, 28)
Pero presta atención y ten cuidado, para no olvidar las cosas que has visto con tus propios ojos, ni dejar que se aparten de tu corazón un sólo instante. Enséñalas a tus hijos y a tus nietos. (Deuteronomio 4, 9)
Y cuando estés angustiado, porque te habrán sucedido todas estas cosas -al cabo de los años- volverás al Señor, tu Dios, y lo escucharás. (Deuteronomio 4, 30)
A ti se te hicieron ver todas estas cosas, para que sepas que el Señor es Dios, y que no hay otro dios fuera de él. (Deuteronomio 4, 35)
Escucha atentamente todas estas cosas que yo te mando. Así serás feliz, tú y tus hijos después de ti, porque habrás realizado lo que es bueno y recto a los ojos del Señor, tu Dios. (Deuteronomio 12, 28)
Porque todo el que practica estas cosas es abominable al Señor, tu Dios, y por causa de estas abominaciones, él desposeerá a esos pueblos delante de ti. (Deuteronomio 18, 12)
Las cosas ocultas conciernen al Señor, nuestro Dios; pero las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, para que practiquemos siempre todas las palabras de esta Ley. (Deuteronomio 29, 28)