Fondare 245 Risultati per: filisteos derrotados

  • Al saberlo, David bajó a la fortaleza. Los filisteos llegaron y se desplegaron en el valle de Refaím. (2 Samuel 5, 18)

  • Entonces David consultó a Yavé: «¿Debo atacar a los filisteos? ¿Caerán en mis manos?» Y Yavé respondió: «Ataca, te aseguro que pondré a los filisteos en tus manos.» (2 Samuel 5, 19)

  • Los filisteos volvieron a subir y se desplegaron en el valle de Refaím. (2 Samuel 5, 22)

  • Cuando escuches un ruido como de pasos entre las balsameras, entonces ataca rápidamente, porque Yavé sale delante de ti, para derrotar al ejército de los filisteos.» (2 Samuel 5, 24)

  • David hizo como Yavé le había ordenado, y persiguió a los filisteos desde Gabaón hasta la entrada de Guezer. (2 Samuel 5, 25)

  • David venció a los filisteos y los so metió, quitándoles el control del país. (2 Samuel 8, 1)

  • Aram, Moab, los amoni tas, los filisteos, Amalec, y lo que había quitado a Hadadezer, hijo de Rejob, rey de Sobá. (2 Samuel 8, 12)

  • Cuando lo avisaron a David, reunió todo Is rael, pasó el Jordán y llegó a Jelam. Los ara meos presentaron batalla a David y lucharon contra él, pero fueron derrotados por Israel. (2 Samuel 10, 17)

  • Todos sus servidores desfilaban a su lado y delante de él pasaban los mercenarios quereteos y filisteos: seiscientos hombres que habían venido de Gat y que siempre lo acompañaban. (2 Samuel 15, 18)

  • Los de Israel fueron derrotados por los seguidores de David; fue una gran derrota en que murieron veinte mil hombres. (2 Samuel 18, 7)

  • En todas las tribus de Israel se escuchaba la misma queja: «El rey nos libró de nuestros enemigos, nos salvó de los filisteos y ahora tuvo que huir lejos de Absalón. (2 Samuel 19, 10)

  • fue a Jabés de Galaad a pedirles los huesos de Saúl y de su hijo Jonatán a las autoridades de la ciudad. Ellos, en efecto, los habían retirado de los muros de Bet-San, donde los habían colgado los filisteos el día que mataron a Saúl en Gelboé. (2 Samuel 21, 12)


“Onde não há obediência, não há virtude. Onde não há virtude, não há bem, não há amor; e onde não há amor, não há Deus; e sem Deus não se chega ao Paraíso. Tudo isso é como uma escada: se faltar um degrau, caímos”. São Padre Pio de Pietrelcina