Fondare 46 Risultati per: Debían

  • Este edicto, que debía ser considerado como ley en todas las provincias, tenía que ser publicado en todos los pueblos para que los judíos estuvieran preparados para el día en que debían hacerse justicia de sus enemigos. (Ester 8, 13)

  • Las órdenes del rey debían ejecutarse el día trece del duodécimo mes, Adar, el mismo día en que los enemigos de los judíos tenían pensado aplastarlos; pero la situación cambió, pues fueron los judíos quienes aplastaron a sus adversarios. (Ester 9, 1)

  • Todos los pueblos de su Imperio debían abandonar sus costumbres particulares, para formar un único pueblo. (1 Macabeos 1, 42)

  • Ya no debían tener por sagrado el Santuario y sus ministros, (1 Macabeos 1, 46)

  • sino que debían dedicarse altares, recintos sagrados y templos a los ídolos. Tenían que sacrificar cerdos y animales impuros (1 Macabeos 1, 47)

  • y no debían hacer a sus hijos el rito de la circuncisión. En resumen, tenían que mancharse con toda clase de impurezas y profanaciones, (1 Macabeos 1, 48)

  • El rey comunicó esta obligación a todas sus provincias y los inspectores nombrados por él recorrieron el país de Judea. Debían procurar que se ofrecieran sacrificios en todas las ciudades. (1 Macabeos 1, 51)

  • Cuando Judas y sus hombres escucharon estas noticias, reunieron una gran asamblea para examinar lo que podían hacer en favor de sus hermanos que estaban en apuros y debían luchar por su vida. (1 Macabeos 5, 16)

  • Doy, además, todo lo que debían pagarme los administradores en los años anteriores. (1 Macabeos 10, 41)

  • Igualmente, estarán exentos de los demás impuestos que nos debían, especialmente los impuestos sobre los productos de las salinas y las coronas de oro que ofrecían. (1 Macabeos 11, 35)

  • Pero Heliodoro, siguiendo las órdenes reales, sostenía que todos aquellos tesoros debían pasar a manos del rey. (2 Macabeos 3, 13)

  • Las mujeres, ceñidas de saco desde los pechos, llenaban la calle. Las más jóvenes, que no debían todavía salir a la calle, unas corrían hacia las puertas, otras subían a los muros y otras se asomaban por las ventanas. (2 Macabeos 3, 19)


O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina