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Jueces, 3

21. Entonces Ehud, con la mano izquierda, tomó el puñal que llevaba al lado derecho y se lo metió en el vientre.

Kapcsolódó versek Jueces, 3:

Los jueces 3 se ocupan de la sucesión de jueces en Israel después de la muerte de Joshua, y cómo el pueblo de Israel se desvía de la manera de Dios, adorando a los ídolos y sirviendo a otros dioses. A continuación hay cinco versículos relacionados con los temas cubiertos en los jueces 3:

Deuteronomio 6:14: "No sigas a otros dioses, los dioses de los pueblos que te rodean". Este versículo advierte al pueblo de Israel que no adore a otros dioses y siga el camino de Dios. Es relevante para los jueces 3, donde el pueblo de Israel se ha desviado del camino de Dios y amó a otros dioses.

Éxodo 20:3: "No tendrás otros dioses delante de mí". Este es el primero de los diez mandamientos dados por Dios a Moisés. Es relevante para los jueces 3, donde el pueblo de Israel amaba a otros dioses y se alejaba de Dios.

Deuteronomio. Este versículo habla sobre cómo el pueblo de Israel amaba a otros dioses en lugar de a Dios. Es relevante para los jueces 3, donde el pueblo de Israel se ha alejado de Dios y amó a otros dioses.

Joshua 24:23: "Ahora tira a los dioses extranjeros que están entre ustedes y se vuelven con todos sus corazones al Señor, el Dios de Israel". Este versículo habla de tirar a otros dioses y volverse hacia el Señor. Es relevante para los jueces 3, donde el pueblo de Israel amaba a otros dioses en lugar de recurrir a Dios.

Deuteronomio 4:23: "Tenga mucho cuidado de no olvidar el pacto de que el Señor, tu Dios, ha hecho contigo; no se hagas a sí mismos ídolos de ningún tipo". Este versículo habla de no olvidar el pacto que Dios hizo con el pueblo de Israel y no hacer ídolos. Es relevante para los jueces 3, donde la gente de Israel se ha alejado de Dios y amó a los ídolos.





“Que Maria sempre enfeite sua alma com as flores e o perfume de novas virtudes e coloque a mão materna sobre sua cabeça. Fique sempre e cada vez mais perto de nossa Mãe celeste, pois ela é o mar que deve ser atravessado para se atingir as praias do esplendor eterno no reino do amanhecer.” São Padre Pio de Pietrelcina