4. abandonaste a sus mujeres al rapto y a sus hijos al cautiverio, y todas sus posesiones a que fueran repartidas entre tus hijos predilectos, que ardiendo en celo por ti, detestaron la profanación de su sangre e invocaron tu ayuda.





“Que o Espírito Santo guie a sua inteligência, faça-o descobrir a verdade escondida na Sagrada Escritura e inflame a sua vontade para praticá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina