15. Nebuzardán, jefe de la escolta, deportó al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia y a todos los artesanos que quedaban.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina