23. Y así que Yehudí leía tres o cuatro columnas, el rey las rasgaba con el cortaplumas del secretario y las tiraba al fuego que ardía en el brasero; hasta que el libro entero fue quemado por el fuego del brasero.





“Nossa Senhora está sempre pronta a nos socorrer, mas por acaso o mundo a escuta e se emenda?” São Padre Pio de Pietrelcina