46. La gente salía de todas las aldeas de Judea y cercaba a los fugitivos, obligándolos a volverse unos contra otros. Así cayeron todos a espada, sin quedar ni uno solo.





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina