27. Como quería ir a Acaya, los hermanos lo animaron y escribieron a los discípulos para que le hicieran una buena acogida. Una vez allí, con la gracia de Dios, ayudó mucho a los creyentes.





“Você teme um homem,um pobre instrumento nas mãos de Deus, mas não teme a justiça divina?” São Padre Pio de Pietrelcina