22. Rubén les respondió: "Ya os dije yo que no hicierais ningún mal al muchacho, pero no me escuchasteis. Ahora se nos pide cuentas de su sangre".





“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina