Daniel, 10
3. No comí manjar sabroso, ni carne ni vino entraron en mi boca, ni me ungí con perfume en el curso de estas tres semanas.
3. No comí manjar sabroso, ni carne ni vino entraron en mi boca, ni me ungí con perfume en el curso de estas tres semanas.
El Capítulo 10 del libro de Daniel informa un encuentro sobrenatural del Profeta a un mensajero celestial que le instruye sobre una serie de visiones futuras. Este capítulo también describe la reacción física de Daniel al ver la visión, la debilidad y la necesidad de fortalecer. Los siguientes son cinco versículos relacionados con los temas cubiertos en Daniel 10:
2 Crónicas 15:7: "Pero esforzarse y no desmayarte las manos; porque tu trabajo tiene una recompensa". Este versículo fomenta la persistencia y la perseverancia, las características necesarias para superar la debilidad y la desmotivación que pueden surgir durante la caminata espiritual.
Isaías 40:31: "Pero aquellos que esperan al Señor renovarán sus fortalezas; él se levantará con alas como águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se pegarán". Este pasaje enfatiza la importancia de confiar en Dios para obtener la fuerza necesaria para superar la adversidad y lograr su voluntad.
1 Corintios 15:58: "Por lo tanto, mis amados hermanos, sed firme y constante, siempre abundante en la obra del Señor, sabiendo que tu trabajo no va al Señor". Este versículo destaca la importancia de la perseverancia y la dedicación en la caminata cristiana, recordando que nuestras obras en Dios no son en vano.
Filipenses 4:13: "Puedo todas las cosas en la que me fortalece". Este pasaje enfatiza que podemos superar todas las dificultades y desafíos a través del poder de Dios en nosotros.
Colosenses 1:11: "Fortalecido con todo poder, de acuerdo con la fuerza de su gloria, con toda paciencia, y a largo plazo con alegría" Este versículo destaca la fuente de nuestra fuerza y capacidad para perseverar y vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, quien Es gloria y poder divino.
“Devo fazer somente a vontade de Deus e, se lhe agrado, o restante não conta.” São Padre Pio de Pietrelcina
