5. Luchó con el ángel y le pudo, lloró y le imploró gracia. En Betel le encontró y allí habló con nosotros.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina