6. Por la mañana temprano, partieron juntos para la boda. Al llegar a la casa de Ragüel, encontraron a Tobías sentado a la mesa. Tobías se levantó de un salto y lo saludó. Gabael lloró y lo bendijo con estas palabras: "¡Qué hijo tan bueno de un padre excelente, justo y generoso! Que el Señor te dé la bendición del Cielo a ti y a tu mujer, a tu padre y a los padres de tu mujer. ¡Bendito sea Dios, que me ha permitido ver el vivo retrato de mi primo Tobit!".





“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina