21. pero comprendiendo que no podía obtener la Sabiduría si Dios no me la concedía, -y ya era un signo de prudencia saber de quién viene esta gracia- me dirigí al Señor y le supliqué, diciéndole de todo corazón:





“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina