1. El Amado: ¡Qué hermosa eres, amada mía, qué hermosa eres! Tus ojos son palomas, detrás de tu velo. Tus cabellos, como un rebaño de cabras que baja por las laderas de Galaad.





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina