Talált 258 Eredmények: todopoderoso
Ahora, pues, esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: ¿Por qué cometéis tanto mal contra vosotros mismos? Vais a terminar exterminando del seno de Judá a hombres, mujeres, niños y lactantes, hasta que no quede rastro de vosotros, (Jeremías 44, 7)
Por eso, esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Voy a volver yo mi rostro contra vosotros para vuestra desgracia y voy a exterminar a todo Judá. (Jeremías 44, 11)
Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Vosotros y vuestras mujeres habéis llevado a cabo con vuestras manos lo que habíais prometido con vuestra boca: Cumpliremos puntualmente los votos que hemos hecho de quemar incienso y presentar ofrendas de vino a la reina del cielo. Pues bien, cumplid vuestros votos, llevadlos a la práctica. (Jeremías 44, 25)
Por mi vida -dice el rey-, cuyo nombre es el Señor todopoderoso, que como el Tabor entre los montes, como el Carmelo que domina el mar, alguien ha de venir. (Jeremías 46, 18)
El Señor todopoderoso, Dios de Israel, ha dicho: "Voy a castigar a Amón de No, al Faraón, a Egipto con sus dioses y sus diosas, al Faraón y a quienes ponen en él su confianza. (Jeremías 46, 25)
Sobre Moab. Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: ¡Ay de Neb, que ha sido devastado! ¡Cubierta de vergüenza Quiriat Yearín, que ha sido tomada, avergonzada, en ruinas, la ciudadela! (Jeremías 48, 1)
Por eso, esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Yo castigaré al rey de Babilonia y a su país como castigué al rey de Asiria. (Jeremías 50, 18)
El Señor ha abierto su arsenal y ha sacado las armas de su cólera, pues el Señor Dios todopoderoso va a actuar en el país de los caldeos. (Jeremías 50, 25)
Oh Señor todopoderoso, Dios de Israel, un alma angustiada, un espíritu abatido es el que clama a ti. (Baruc 3, 1)
Señor todopoderoso, Dios de Israel, de los hijos de aquellos que pecaron contra ti. No dieron ellos oídos a la voz del Señor, su Dios, y por eso se han pegado a nosotros esas calamidades. (Baruc 3, 4)
Sentí el rumor de las alas mientras se movían; parecía el rumor de aguas ingentes, semejante a la voz del todopoderoso; un ruido tumultuoso como el de un ejército. Y cuando se pararon, replegaron sus alas. (Ezequiel 1, 24)
El rumor de las alas de los querubines llegaba hasta el atrio exterior, semejante a la voz del todopoderoso cuando habla. (Ezequiel 10, 5)