Talált 2958 Eredmények: tan

  • Y Jacob sirvió siete años por Raquel, que le parecieron unos días; tan grande era el amor que le tenía. (Génesis 29, 20)

  • y se separó de Jacob a una distancia de tres días de camino. Jacob siguió apacentando el resto de los rebaños de Labán. (Génesis 30, 36)

  • Buscó varas verdes de álamo, almendro y plátano, las descortezó e hizo en ellas franjas blancas, dejando así al descubierto lo blanco de las varas. (Génesis 30, 37)

  • Por tanto, toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos; así que haz todo lo que Dios te ha dicho". (Génesis 31, 16)

  • pero ésta había tomado los ídolos y los había escondido debajo de la albarda del camello, sentándose encima de ellos. Labán rebuscó por toda la tienda, pero no los encontró. (Génesis 31, 34)

  • Nunca te he traído los animales desgarrados por las fieras; yo pagaba el daño de mi bolsillo; lo robado, tanto de noche como de día, tú me lo reclamabas. (Génesis 31, 39)

  • Y añadió: "Aquí están este montón de piedras y esta estela que he levantado entre los dos. (Génesis 31, 51)

  • Tú me has dicho: Yo te haré el bien y haré tu descendencia como la arena del mar, tan numerosa que no se puede contar". (Génesis 32, 13)

  • Esaú dijo: "Yo tengo bastante, hermano mío; que lo tuyo sea para ti". (Génesis 33, 9)

  • Acepta, pues, el regalo que te traigo, porque Dios me ha favorecido y tengo abundancia de todo". Y tanto porfió que Esaú aceptó. (Génesis 33, 11)

  • Cuando los hijos de Jacob, a su vuelta del campo, se enteraron de lo ocurrido, se indignaron y se llenaron de ira por la infamia que había cometido Siquén acostándose con la hija de Jacob. "¡Eso no se hace!". (Génesis 34, 7)

  • Pero estos hombres se avienen a vivir con nosotros, para formar un solo pueblo, con la condición de que todos nuestros varones se circunciden como lo están ellos. (Génesis 34, 22)


“Quando te encontrares diante de Deus, na oração considera-te banhado na luz da verdade, fala-lhe se puderes, deixa simplesmente que te veja e não tenhas preocupação alguma”. São Padre Pio de Pietrelcina