Talált 458 Eredmények: siempre

  • porque Dios te dará este nombre para siempre: "Paz de la justicia" y "Gloria de la piedad". (Baruc 5, 4)

  • Los mercaderes de los otros pueblos silban ahora sobre ti; te has convertido en objeto de espanto, has desaparecido para siempre. (Ezequiel 27, 36)

  • Todos los pueblos que te conocían se espantan al verte. Te has hecho un objeto de terror y has desaparecido para siempre". (Ezequiel 28, 19)

  • Y me dijo: "Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel. Ellos andan diciendo: ¡Se han secado nuestros huesos, se ha desvanecido nuestra esperanza, estamos perdidos para siempre! (Ezequiel 37, 11)

  • Habitarán la tierra que yo di a mi siervo Jacob, donde habitaron vuestros padres. Allí habitarán ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos siempre. David, mi siervo, será su príncipe eternamente. (Ezequiel 37, 25)

  • Haré con ellos una alianza de paz que no tendrá fin; los estableceré y los multiplicaré y pondré mi santuario en medio de ellos para siempre. (Ezequiel 37, 26)

  • Y sabrán las gentes que yo, el Señor, consagro a Israel, cuando mi santuario esté en medio de ellos por siempre". (Ezequiel 37, 28)

  • La voz me decía: "Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono y el lugar donde se posarán mis pies, donde yo habitaré, en medio de los israelitas, para siempre. El pueblo de Israel no profanará más mi santo nombre, como tampoco sus monarcas, con sus fornicaciones, ni con los cadáveres de sus reyes difuntos. (Ezequiel 43, 7)

  • De ahora en adelante alejarán de mí sus fornicaciones y los cadáveres de sus reyes, y yo moraré en medio de ellos para siempre. (Ezequiel 43, 9)

  • Añadirá además, cada mañana, como ofrenda, ocho kilos y dos litros y medio de aceite para amasar la flor de harina. Es la ofrenda al Señor, una ley eterna, para siempre. (Ezequiel 46, 14)

  • ¡Oh, no nos desampares para siempre, por amor de tu nombre, no rechaces tu alianza. (Daniel 3, 34)

  • En cuanto Daniel se enteró de que había sido firmado el documento, se fue a su casa. Tenía ventanas en su cuarto superior abiertas en dirección a Jerusalén, y tres veces al día se ponía de rodillas para orar y dar gracias a su Dios; así lo había hecho siempre hasta aquel día. (Daniel 6, 11)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina