Talált 423 Eredmények: sacerdotes

  • El día aquel -dice el Señor- desfallecerá el corazón del rey y el corazón de los jefes; los sacerdotes quedarán consternados, y estupefactos los profetas. (Jeremías 4, 9)

  • Los profetas profetizan mentiras, los sacerdotes enseñan con su mal ejemplo. ¡Y mi pueblo en ello se complace! Mas ¿qué haréis cuando llegue el fin? (Jeremías 5, 31)

  • En aquel tiempo -dice el Señor- sacarán de sus sepulcros los huesos de los reyes de Judá, los de los príncipes, los de los sacerdotes, los de los profetas y los de los habitantes de Jerusalén. (Jeremías 8, 1)

  • Y tú les replicarás: "Esto dice el Señor: Voy a emborrachar a todos los habitantes de este país, a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los habitantes de Jerusalén. (Jeremías 13, 13)

  • Si salgo al campo, sólo veo caídos a espada; si entro en la ciudad, allí están las angustias del hambre. Hasta los profetas y los sacerdotes vagan por el país. ¡Ya no lo conocen! (Jeremías 14, 18)

  • El Señor me dijo: "Vete a comprar una vasija de barro, toma contigo algunos de los ancianos del pueblo y de los sacerdotes (Jeremías 19, 1)

  • Los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo oyeron a Jeremías pronunciar estas palabras en el templo del Señor. (Jeremías 26, 7)

  • Y en cuanto Jeremías terminó de decir lo que el Señor le había ordenado comunicar a todo el pueblo, los sacerdotes y los profetas lo apresaron, diciendo: "¡Vas a morir! (Jeremías 26, 8)

  • Los sacerdotes y los profetas dijeron a los magistrados y a todo el pueblo: "Este hombre debe ser condenado a muerte porque ha profetizado contra la ciudad, como habéis escuchado con vuestros propios oídos". (Jeremías 26, 11)

  • Entonces los magistrados y el pueblo entero dijeron a los sacerdotes y a los profetas: "Este hombre no debe ser condenado a muerte, porque nos ha hablado en el nombre del Señor, nuestro Dios". (Jeremías 26, 16)

  • Y a los sacerdotes y a todo este pueblo les dije: "Esto dice el Señor: No escuchéis las palabras de esos profetas que os dicen: Pronto volverán de Babilonia los utensilios del templo del Señor, pues es mentira lo que os dicen. (Jeremías 27, 16)

  • Aquel mismo año, al comienzo del reinado de Sedecías, rey de Judá, el quinto mes del año cuarto, el profeta Ananías, hijo de Azur, natural de Gabaón, me dijo en el templo del Señor delante de los sacerdotes y de todo el pueblo: (Jeremías 28, 1)


“Nunca se canse de rezar e de ensinar a rezar.” São Padre Pio de Pietrelcina