Talált 2607 Eredmények: pero

  • Comportaos como hombres libres, pero sin usar la libertad como pretexto para encubrir la malicia sino obrando como siervos de Dios. (I Pedro 2, 16)

  • ¿Qué mérito tenéis en soportar los castigos que merecen vuestras culpas?. Pero soportar pacientemente los sufrimientos habiendo obrado bien eso agrada a Dios. (I Pedro 2, 20)

  • Pues erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras vidas. (I Pedro 2, 25)

  • Pues el Señor mira por los que practican la justicia y tiene los oídos atentos a sus súplicas; pero el Señor se enfrenta con los criminales (I Pedro 3, 12)

  • pero hacedlo con dulzura y con respeto, con la conciencia tranquila, para que los que interpretan mal vuestra vida cristiana queden avergonzados de sus mismas palabras. (I Pedro 3, 16)

  • Pues también Cristo murió una vez por los pecados el justo por los injustos, con el fin de llevarnos a Dios. Sufrió la muerte corporal, pero fue devuelto a la vida espiritual; (I Pedro 3, 18)

  • pero si padece por ser cristiano, no se avergüence, antes al contrario dé gracias a Dios porque lleva este nombre. (I Pedro 4, 16)

  • De igual manera vosotros, jóvenes, vivid sumisos a los ancianos. Revestíos todos mutuamente de humildad, como servidores unos de los otros; porque Dios se enfrenta a los soberbios, pero da su gracia a los humildes. (I Pedro 5, 5)

  • Pero me esforzaré para que en todo tiempo, después de mi partida, podáis tener presentes estas cosas. (II Pedro 1, 15)

  • Pero, según su promesa, nosotros esperamos unos cielos nuevos y una tierra nueva, en los que reinará la justicia. (II Pedro 3, 13)

  • pero si andamos en la luz, como él está en la luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado. (I Juan 1, 7)

  • Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero si alguno peca, tenemos junto al Padre un defensor, Jesucristo, el justo. (I Juan 2, 1)


“Os talentos de que fala o Evangelho são os cinco sentidos, a inteligência e a vontade. Quem tem mais talentos, tem maior dever de usá-los para o bem dos outros.” São Padre Pio de Pietrelcina