Talált 18 Eredmények: ordene
No; le pondré al corriente para que ordene a sus hijos y a su casa, después de él, que observen la ley del Señor, practicando la justicia y el derecho, de modo que el Señor cumpla en Abrahán cuanto ha prometido acerca de él". (Génesis 18, 19)
Tú dirás lo que yo te ordene, y Aarón, tu hermano, hablará al Faraón para que deje salir de su país a los israelitas. (Exodo 7, 2)
Aquí vendré yo a encontrarme contigo, y desde encima del propiciatorio, entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, te comunicaré todo lo que te ordene respecto a los israelitas". (Exodo 25, 22)
Yo os ordené entonces todo lo que debíais hacer. (Deuteronomio 1, 18)
y me dijo: Levántate y baja rápido de aquí, porque tu pueblo, el que has sacado de Egipto, ha prevaricado: pronto se ha desviado del camino que yo le ordené y se han hecho una imagen de metal fundido. (Deuteronomio 9, 12)
Por eso los israelitas no podrán resistir ante sus enemigos; les volverán la espalda, porque ahora ellos se han hecho merecedores del exterminio. No estaré más con vosotros mientras no entreguéis al exterminio lo que yo ordené. (Josué 7, 12)
Si me obedeces en todo lo que te ordene, sigues mis caminos y haces lo que es recto a mis ojos, observando mis leyes y mis preceptos, como lo hizo mi siervo David, yo estaré contigo y te edificaré una casa duradera, como la he edificado a David, y te entregaré Israel. (I Reyes 11, 38)
Cuando yo cierre el cielo y no haya lluvia, cuando ordene a la langosta devorar la tierra, cuando envíe la peste sobre mi pueblo, (II Crónicas 7, 13)
Ordené que se investigara, y se ha comprobado efectivamente que esa ciudad se ha rebelado desde tiempos antiguos contra los reyes, y que en ella se han fomentado revueltas e insurrecciones; (Esdras 4, 19)
Ordenad, pues, que esos hombres suspendan su trabajo para que la ciudad no se reconstruya hasta que yo no ordene otra cosa. (Esdras 4, 21)
Por eso ordené que, en cuanto la sombra cubriese las puertas de Jerusalén, la víspera del sábado, se cerrasen las puertas, y que no se abrieran hasta después del sábado; y emplacé junto a las puertas algunos de mis hombres para que no entrase carga alguna en día de sábado. (Nehemías 13, 19)
Ordené también a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para que se santificara el sábado. ¡También por esto, acuérdate de mí, oh Dios mío, y ten piedad de mí conforme a tu gran misericordia! (Nehemías 13, 22)