Talált 501 Eredmények: obras de la carne
Sobre la carne ofrecida en sacrificio a los ídolos, está claro que todos tenemos la ciencia suficiente. Pero la ciencia envanece; lo único verdaderamente provechoso es el amor. (I Corintios 8, 1)
Si tú, que tienes conocimiento claro de todo esto, te sientas a comer carne ofrecida en sacrificio a los ídolos, ¿no podrás inducir a que otro, con la conciencia insegura, se decida también a comer esa carne? (I Corintios 8, 10)
Por tanto, si una comida escandaliza a mi hermano, jamás comeré carne para no escandalizarle. (I Corintios 8, 13)
Hermanos, os digo que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni lo corruptible heredará lo incorruptible. (I Corintios 15, 50)
pues es claro que vosotros sois una carta de Cristo redactada por mí y escrita, no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en las tablas de carne, en vuestros corazones. (II Corintios 3, 3)
Porque, viviendo, estamos siempre expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que la vida de Jesús se manifieste también en nuestra carne mortal. (II Corintios 4, 11)
No es, por tanto, de extrañar que sus ministros se disfracen de ministros de justicia; pero su fin será conforme a sus obras. (II Corintios 11, 15)
pero sabemos que nadie se justifica por las obras de la ley, sino por la fe en Jesucristo; nosotros creemos en Cristo Jesús para ser justificados por la fe de Cristo, no por las obras de la ley; porque nadie será justificado por las obras de la ley. (Gálatas 2, 16)
Solamente quiero saber esto de vosotros: ¿recibisteis el Espíritu por las obras de la ley o por haber aceptado la fe que os anunciaron? (Gálatas 3, 2)
Si creemos en Cristo, da lo mismo estar o no estar circuncidados; lo que importa es la fe y que esta fe se exprese en obras de amor. (Gálatas 5, 6)
Yo os digo: Dejaos conducir por el Espíritu, y no os dejéis arrastrar por las apetencias de la carne. (Gálatas 5, 16)
Porque la carne lucha contra el espíritu, y el espíritu contra la carne; pues estas cosas están una frente a la otra para que no hagáis lo que queréis. (Gálatas 5, 17)