Talált 206 Eredmények: obra redentora

  • El rey David dijo a toda la asamblea: "Mi hijo Salomón, el único elegido por Dios, es todavía joven e inexperto, y la obra es grande, pues la casa no es para los hombres, sino para el Señor Dios. (I Crónicas 29, 1)

  • oro y plata para los diversos objetos y para la obra de orfebrería. Y ahora, ¿quién quiere hacer donativos voluntarios para el Señor?". (I Crónicas 29, 5)

  • Así se llevó a cabo toda la obra de Salomón, desde el día que se pusieron los cimientos del templo del Señor hasta su terminación. (II Crónicas 8, 16)

  • Para los asuntos religiosos, ahí tenéis a Amarías, el sacerdote jefe; y para los asuntos civiles, a Zebadías, hijo de Ismael, jefe de la casa de Judá. Y como secretarios, tenéis a los levitas. Ánimo y manos a la obra; el Señor estará siempre con el bueno". (II Crónicas 19, 11)

  • Eliezer, hijo de Dodayas de Maresá, profetizó contra Josafat: "Por haberte aliado con Ocozías, el Señor destruirá tu obra". Las naves se destrozaron y no pudieron partir para Tarsis. (II Crónicas 20, 37)

  • Comenzaron la obra de purificación el día primero del primer mes, y el día octavo llegaron ya al vestíbulo del Señor. Emplearon otros ocho días en la purificación del templo: la obra quedó concluida el día dieciséis del primer mes. (II Crónicas 29, 17)

  • Ésta es la obra de Ezequías en todo Judá; hizo lo que es bueno, recto y fiel a los ojos del Señor, su Dios. (II Crónicas 31, 20)

  • estaban al frente de los acarreadores y de todos los que trabajaban en la obra. Algunos levitas eran cronistas, inspectores y porteros. (II Crónicas 34, 13)

  • Con arreglo a sus posibilidades, entregaron al tesoro de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil minas de plata y cien túnicas sacerdotales. (Esdras 2, 69)

  • El mes segundo del año segundo de su llegada al templo de Dios en Jerusalén, Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Yosadac, con el resto de sus hermanos, sacerdotes y levitas, y todos los que habían vuelto del destierro a Jerusalén, pusieron manos a la obra y encargaron a los levitas de veinte años para arriba la dirección de los trabajos del templo del Señor. (Esdras 3, 8)

  • Pero los ojos de su Dios velaban sobre los dirigentes judíos, y no les obligaron a parar la obra hasta que se mandara un informe a Darío y se recibiera su respuesta. (Esdras 5, 5)

  • Sepa el rey que nosotros hemos ido a la provincia de Judá, al templo del gran Dios, que se está reconstruyendo con piedras de sillería; ahora están recubriendo de madera las paredes. La obra se va haciendo con esmero y a buen ritmo. (Esdras 5, 8)


“O homem sem Deus é um ser mutilado”. São Padre Pio de Pietrelcina