Talált 304 Eredmények: mujeres

  • Ahora, pues, esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: ¿Por qué cometéis tanto mal contra vosotros mismos? Vais a terminar exterminando del seno de Judá a hombres, mujeres, niños y lactantes, hasta que no quede rastro de vosotros, (Jeremías 44, 7)

  • ¿Habéis olvidado acaso las maldades de vuestros padres, las maldades de los reyes de Judá y las de sus mujeres, vuestras propias maldades y las de vuestras mujeres cometidas en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén? (Jeremías 44, 9)

  • Entonces todos los hombres que sabían que sus mujeres quemaban incienso a dioses extranjeros, y todas las mujeres que estaban presentes -una gran asamblea-, así como todo el pueblo que habitaba en la tierra de Egipto, en Patrós, respondieron a Jeremías: (Jeremías 44, 15)

  • Y cuando nosotras -añadieron las mujeres- quemamos incienso y hacemos ofrendas de vino a la reina del cielo, ¿acaso le hacemos tortas que representan su imagen y le presentamos ofrendas de vino a espaldas de nuestros maridos?". (Jeremías 44, 19)

  • Entonces Jeremías replicó a todo el pueblo, a los hombres, a las mujeres y a toda la gente que le había respondido así, y les dijo: (Jeremías 44, 20)

  • Luego Jeremías continuó dirigiéndose a todo el pueblo, y especialmente a las mujeres: "Escuchad la palabra del Señor vosotros, los judíos que estáis en Egipto. (Jeremías 44, 24)

  • Esto dice el Señor todopoderoso, Dios de Israel: Vosotros y vuestras mujeres habéis llevado a cabo con vuestras manos lo que habíais prometido con vuestra boca: Cumpliremos puntualmente los votos que hemos hecho de quemar incienso y presentar ofrendas de vino a la reina del cielo. Pues bien, cumplid vuestros votos, llevadlos a la práctica. (Jeremías 44, 25)

  • ¡Espada sobre sus caballos y sus carros, y sobre toda la amalgama de gentes que hay en medio de ella, para que sean como mujeres! (Jeremías 50, 37)

  • Han dejado de luchar los guerreros de Babilonia, se han refugiado en las fortalezas; están agotadas sus fuerzas, se han convertido en mujeres. Han sido incendiadas sus moradas, hechos pedazos sus cerrojos. (Jeremías 51, 30)

  • Las mismas manos de tiernas mujeres cocieron a sus hijos: ellos les sirvieron de comida en la ruina de la hija de mi pueblo. (Lamentaciones 4, 10)

  • Han violado en Sión a las mujeres, a las doncellas en las ciudades de Judá. (Lamentaciones 5, 11)

  • Las ofrendas que les hacen, los sacerdotes las venden para su provecho, otra parte la ponen en conserva sus mujeres, sin repartir nada al pobre y al enfermo. Y las mujeres que acaban de dar a luz y las que están en estado de menstruación tocan esas ofrendas. (Baruc 6, 27)


“Nas tentações, combata com coragem! Nas quedas, humilhe-se mas não desanime!” São Padre Pio de Pietrelcina