Talált 384 Eredmények: lista de descendientes de Salomón

  • La reina del sur se levantará en el día del juicio con esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón; y aquí hay algo que es más que Salomón. (Mateo 12, 42)

  • La reina del Sur se levantará en el día del juicio con los hombres de esta generación y los condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra a escuchar la sabiduría de Salomón, ¡y aquí hay algo que es más que Salomón! (Lucas 11, 31)

  • Mirad cómo crecen los lirios del campo; no se fatigan, ni hilan; pero yo os digo que ni Salomón en todo su esplendor se vistió como uno de ellos. (Lucas 12, 27)

  • Ellos le dijeron: "Somos descendientes de Abrahán y jamás hemos servido a nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?". (Juan 8, 33)

  • Ya sé que sois descendientes de Abrahán, pero intentáis matarme porque no os entra mi doctrina. (Juan 8, 37)

  • Jesús se paseaba en el templo, por el pórtico de Salomón. (Juan 10, 23)

  • Él no se apartaba de Pedro y de Juan; y todo el pueblo, asombrado, fue corriendo a juntarse con ellos en el pórtico de Salomón. (Hechos 3, 11)

  • Los apóstoles hacían muchos milagros y prodigios en el pueblo; todos se reunían en el pórtico de Salomón. (Hechos 5, 12)

  • Sin embargo, fue Salomón el que la construyó. (Hechos 7, 47)

  • Y no es que las promesas de Dios no se hayan cumplido, porque no todos los descendientes de Israel son Israel; (Romanos 9, 6)

  • no todos los descendientes de Abrahán son hijos suyos. Lo que se dijo fue esto: Tu descendencia se perpetuará por medio de Isaac. (Romanos 9, 7)

  • Ahora bien, Dios hizo las promesas a Abrahán y a su descendencia. No dice "a tus descendientes", como si fueran muchos, sino a tu descendencia, refiriéndose a Cristo. (Gálatas 3, 16)


“Você deve ter sempre prudência e amor. A prudência tem olhos; o amor tem pernas. O amor, como tem pernas, gostaria de correr a Deus. Mas seu impulso de deslanchar na direção dEle é cego e, algumas vezes, pode tropeçar se não for guiado pela prudência, que tem olhos.” São Padre Pio de Pietrelcina