Talált 225 Eredmények: libró

  • Cuando Moisés terminó de escribir en un libro las prescripciones de esta ley, (Deuteronomio 31, 24)

  • "Tomad este libro de la ley y ponedlo al lado del arca de la alianza del Señor, vuestro Dios; que esté allí como testimonio contra ti, (Deuteronomio 31, 26)

  • Que el libro de esta ley esté siempre en tu boca; medítalo día y noche para cumplir exactamente todo lo que está escrito en él. De este modo serás afortunado en todas tus empresas y tendrás éxito. (Josué 1, 8)

  • como Moisés, siervo del Señor, había ordenado a los israelitas, según está escrito en el libro de la ley de Moisés: "Un altar de piedras sin labrar". Sobre él ofrecieron holocaustos al Señor y presentaron sacrificios de reconciliación. (Josué 8, 31)

  • Allí escribió Josué sobre las piedras una copia del libro de la ley que Moisés había escrito para los israelitas. (Josué 8, 32)

  • Después Josué leyó todas las palabras del libro de la ley, la bendición y la maldición, conforme está escrito en el libro de la ley. (Josué 8, 34)

  • Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos". ¿No está escrito esto en el libro del Justo? El sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse en casi un día entero. (Josué 10, 13)

  • "Esforzaos por cumplir todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, para que no os apartéis de ella ni a la derecha ni a la izquierda; (Josué 23, 6)

  • Y escribió estas palabras en el libro de la ley de Dios. Tomó después una gran piedra y la levantó allí, debajo de la encina que había en el santuario del Señor. (Josué 24, 26)

  • Fueron devueltas a Israel las ciudades que le habían sido quitadas por los filisteos, desde Ecrón hasta Gat, e Israel libró su territorio de la mano de los filisteos. Además hubo paz entre Israel y los amorreos. (I Samuel 7, 14)

  • Entonces Samuel expuso al pueblo el derecho real y lo escribió en un libro que está ante el Señor. Después ordenó que cada cual se fuese a su casa. (I Samuel 10, 25)

  • El Señor mandó a Yerubaal, a Barac, Jefté y Samuel, y os libró de la mano de vuestros vecinos enemigos, y habéis podido vivir seguros. (I Samuel 12, 11)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina