Talált 66 Eredmények: inocente

  • Pero tus ojos y tu corazón buscan tan sólo tu propio interés, sangre inocente que derramar, explotación y violencia que ejercer. (Jeremías 22, 17)

  • pero pensad y tened en cuenta que, si me matáis, derramaréis sangre inocente sobre vosotros mismos, sobre esta ciudad y sus habitantes, porque es verdad que el Señor me ha mandado a vosotros a pronunciar todas estas palabras para que las escuchéis". (Jeremías 26, 15)

  • Mi Dios ha mandado a su ángel, que ha cerrado la boca de los leones, y no me han hecho ningún mal, porque soy inocente a sus ojos; y tampoco ante ti, oh rey, he cometido falta alguna". (Daniel 6, 23)

  • Después de las sesenta y dos semanas, matarán a un ungido inocente. La ciudad y el santuario serán destruidos por un príncipe que ha de venir. Su fin será en un cataclismo, y hasta el final habrá guerra y devastaciones decretadas. (Daniel 9, 26)

  • "¡Yo soy inocente de la sangre de esa mujer!". Todos los presentes se volvieron hacia él y le preguntaron: "¿Qué quieres decir con estas palabras?". (Daniel 13, 47)

  • cuando dictabas sentencias injustas, condenabas a los inocentes y absolvías a los culpables, siendo así que el Señor ha dicho: No matarás al inocente y justo. (Daniel 13, 53)

  • Los condenaron a muerte, como prescribe la ley de Moisés, y así aquel día se salvó la sangre inocente. (Daniel 13, 62)

  • Egipto quedará hecho un desierto, Edón una estepa desolada por la violencia hecha a los habitantes de Judá, por haber derramado sangre inocente en su propia tierra. (Joel 4, 19)

  • Esto dice el Señor: Por tres crímenes de Israel y por cuatro no le perdonaré; porque ha vendido al inocente por dinero y al pobre por un par de sandalias; (Amós 2, 6)

  • Entonces clamaron al Señor y dijeron: "Señor, no nos hagas perecer por la vida de este hombre ni nos hagas responsables de sangre inocente, ya que tú, Señor, puedes hacer lo que quieras". (Jonás 1, 14)

  • para que caiga sobre vosotros toda la sangre inocente vertida sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, a quien asesinasteis entre el santuario y el altar. (Mateo 23, 35)

  • "He pecado entregando sangre inocente". Ellos dijeron: "¿A nosotros qué? ¡Tú verás!". (Mateo 27, 4)


“Recorramos a Jesus e não às pessoas, pois só ele nunca nos faltará.” São Padre Pio de Pietrelcina