Talált 251 Eredmények: haya

  • Así también vosotros, cuando hayáis hecho lo que se os haya ordenado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer". (Lucas 17, 10)

  • Esto no quiere decir que alguien haya visto al Padre. Sólo ha visto al Padre el que procede de Dios. (Juan 6, 46)

  • Jamás se ha oído decir que alguien haya abierto los ojos a un ciego de nacimiento. (Juan 9, 32)

  • Cuando me vaya y os haya preparado el sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que, donde yo estoy, estéis también vosotros; (Juan 14, 3)

  • Porque está escrito en el libro de los Salmos: Que su morada se convierta en un desierto y no haya quien habite en ella. Y: que ocupe otro su cargo. (Hechos 1, 20)

  • y les preguntó: "¿Habéis recibido el Espíritu Santo al abrazar la fe?". Ellos contestaron: "Ni siquiera hemos oído decir que haya Espíritu Santo". (Hechos 19, 2)

  • En virtud de la misión que Dios me ha encomendado, os digo a cada uno de vosotros que no se tenga en más de lo que debe tenerse, sino que procure pensar siempre de sí con sencillez, conforme a la fe que Dios le haya dado. (Romanos 12, 3)

  • Pagad a cada uno lo que le corresponda: contribuciones, impuestos, respeto, honores, lo que haya que darle. (Romanos 13, 7)

  • Cuando cumpla esta misión y haya entregado la colecta, emprenderé mi viaje a España y pasaré por ahí. (Romanos 15, 28)

  • Hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, os ruego que os pongáis de acuerdo y que no haya divisiones entre vosotros, sino que conservéis la armonía en el pensar y en el sentir. (I Corintios 1, 10)

  • y hasta es conveniente que haya divisiones entre vosotros para que se sepa quiénes son de virtud probada. (I Corintios 11, 19)

  • Y si alguno tiene hambre, que coma en su casa, y que en vuestras reuniones no haya motivo alguno para castigaros. Lo demás lo arreglaré a mi llegada. (I Corintios 11, 34)


“Amar significa dar aos outros – especialmente a quem precisa e a quem sofre – o que de melhor temos em nós mesmos e de nós mesmos; e de dá-lo sorridentes e felizes, renunciando ao nosso egoísmo, à nossa alegria, ao nosso prazer e ao nosso orgulho”. São Padre Pio de Pietrelcina