Talált 46 Eredmények: fortalezas
te asediaré como David, te cercaré de trincheras y levantaré fortalezas contra ti. (Isaías 29, 3)
Será como un sueño, como visión nocturna, la turba de pueblos que luchan contra Ariel, todos los que combaten contra ella y las fortalezas que la asedian. (Isaías 29, 7)
Espinas crecerán en sus palacios, cardos y abrojos en sus fortalezas, será una guarida de chacales, morada de avestruces. (Isaías 34, 13)
Desciende de tu esplendor, siéntate en el duro suelo, población de Dibón, porque el devastador de Moab sube contra ti y destruye tus fortalezas. (Jeremías 48, 18)
Han sido tomadas las ciudades, ocupadas las fortalezas, y el corazón de los guerreros de Moab es en este día como el corazón de una mujer en parto. (Jeremías 48, 41)
Han dejado de luchar los guerreros de Babilonia, se han refugiado en las fortalezas; están agotadas sus fuerzas, se han convertido en mujeres. Han sido incendiadas sus moradas, hechos pedazos sus cerrojos. (Jeremías 51, 30)
Aunque Babilonia se elevara hasta el cielo e hiciera inaccesibles sus fortalezas en las altas esferas, de mi parte les alcanzarían los devastadores -dice el Señor-. (Jeremías 51, 53)
El Señor ha destruido sin piedad todas las moradas de Jacob; ha derribado en su furor las fortalezas de la hija de Judá; ha postrado en tierra, ha profanado a su rey y a sus príncipes. (Lamentaciones 2, 2)
El Señor ha actuado como enemigo, ha devastado a Israel; ha destruido todos sus palacios, ha arrasado sus fortalezas, ha multiplicado en la hija de Judá gemidos y gemidos. (Lamentaciones 2, 5)
Les dirás lo siguiente: Esto dice el Señor Dios: Por mi vida que los que habitan entre las ruinas morirán a espada, los que andan por el campo los entregaré como pasto a las fieras y los que están en las fortalezas y en las cuevas morirán de peste. (Ezequiel 33, 27)
Entonces se dirá: La tierra que estaba hasta ahora devastada se ha convertido como en un jardín de Edén, y las ciudades arruinadas, demolidas y destruidas son de nuevo fortalezas habitadas. (Ezequiel 36, 35)
Aún se volverá contra las fortalezas de su propio país; pero chocará, caerá y no se lo encontrará más. (Daniel 11, 19)