Talált 27 Eredmények: extraños

  • Han reincidido en las iniquidades de sus antepasados, que se negaron a escuchar mis palabras; también éstos se han ido tras dioses extraños para servirlos. La casa de Israel y la casa de Judá han violado mi alianza que yo había hecho con sus padres". (Jeremías 11, 10)

  • me han abandonado, han enajenado este lugar, han ofrecido en él incienso a dioses extraños que no habían conocido ni ellos ni sus padres ni los reyes de Judá, han llenado este lugar de sangre inocente. (Jeremías 19, 4)

  • se responderá: "Por haber abandonado la alianza del Señor, su Dios, para adorar y servir a dioses extraños". (Jeremías 22, 9)

  • No corráis en pos de dioses extraños para servirlos y adorarlos; no provoquéis mi cólera con las obras de vuestras manos, y yo no os haré ningún mal. (Jeremías 25, 6)

  • Los caldeos que están atacando esta ciudad vendrán y la prenderán fuego, incendiarán sus casas, sobre cuyas terrazas se han ofrecido sacrificios a Baal y se han hecho ofrendas a dioses extraños para irritarme. (Jeremías 32, 29)

  • Os he mandado repetidamente, sin cansarme, a mis siervos los profetas para avisaros: Convertíos cada uno de su perverso camino, enmendad vuestra conducta, no vayáis tras dioses extraños, no los adoréis, y de esta forma podréis vivir en la tierra que yo os di a vosotros y a vuestros padres. Pero no habéis obedecido ni me habéis hecho caso. (Jeremías 35, 15)

  • a causa del mal que cometieron para irritarme, quemando incienso y sirviendo a dioses extraños, desconocidos de ellos, de vosotros y de vuestros padres. (Jeremías 44, 3)

  • Pero no quisieron escuchar ni hicieron caso, ni se convirtieron de su perversidad, ni dejaron de quemar incienso a dioses extraños. (Jeremías 44, 5)

  • porque me irritáis con las obras de vuestras manos, quemando incienso a dioses extraños en Egipto, adonde habéis venido a vivir, fraguando así vuestro exterminio y convirtiéndoos en maldición y oprobio ante todas las naciones de la tierra. (Jeremías 44, 8)

  • Nuestra heredad ha pasado a extranjeros, nuestras casas a extraños. (Lamentaciones 5, 2)

  • sino que cada uno de nosotros ha seguido el capricho de su perverso corazón, sirviendo a dioses extraños y haciendo lo que desagrada al Señor Dios nuestro. (Baruc 1, 22)

  • Respondió: "Sí". Cuando entró en casa, se anticipó Jesús diciéndole: "¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los impuestos? ¿De sus hijos o de los extraños?". (Mateo 17, 25)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina