Talált 60 Eredmények: echa

  • y dijo a Abrahán: "Echa a esa esclava y a su hijo, pues el hijo de esa esclava no va a heredar con mi hijo Isaac". (Génesis 21, 10)

  • Cachorro de león es Judá, de hacer presa subes, hijo mío. Se encorva, se echa como un león, como leona; ¿quién podrá levantarlo? (Génesis 49, 9)

  • Moisés dijo a Aarón: "Toma un vaso, echa en él dos litros de maná y ponlo ante el Señor, a fin de conservarlo para nuestros descendientes". (Exodo 16, 33)

  • Se agazapa, se echa como un león, como una leona. ¿Quién lo levantará? ¡Bendito sea el que te bendiga, y maldito el que te maldiga!". (Números 24, 9)

  • Cuando el Señor, tu Dios, los haya echado lejos de ti, no digas en tu corazón: Por mi justicia me ha dado el Señor la posesión de esta tierra, siendo así que es por su injusticia por lo que el Señor echa a esas naciones lejos de ti. (Deuteronomio 9, 4)

  • No por tu justicia ni por la rectitud de tu corazón vas a entrar en posesión de la tierra, sino por la injusticia de esas naciones las echa el Señor lejos de ti; y también para cumplir el juramento hecho a vuestros padres Abrahán, Isaac y Jacob. (Deuteronomio 9, 5)

  • Pues todo ello es abominable a los ojos del Señor, tu Dios; y precisamente por estas prácticas horrendas es por lo que el Señor, tu Dios, echa lejos de ti a estas naciones. (Deuteronomio 18, 12)

  • Si también el segundo marido la aborrece, le da el certificado de divorcio y la echa de casa, o si este segundo marido se muere, (Deuteronomio 24, 3)

  • Si tu padre me echa de menos, le dirás: David me pidió con insistencia que le permitiera hacer una escapada a Belén, su ciudad, porque celebran allí el sacrificio anual por el clan. (I Samuel 20, 6)

  • Llamó al joven que le servía, y le dijo: "Echa a ésta de aquí, lejos de mí, y cierra la puerta". (II Samuel 13, 17)

  • en cuanto siente el agua reverdece y echa ramas como una planta joven. (Job 14, 9)

  • Pues, ¿quién le echa en cara su conducta y le pide cuenta de sus obras? (Job 21, 31)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina