Talált 22 Eredmények: doctrinas falsas

  • Caerá mi mano sobre los profetas que tienen visiones falsas y anuncian presagios mentirosos, no serán admitidos en el consejo de mi pueblo, no serán inscritos en el libro de la casa de Israel, ni entrarán en la tierra de los hijos de Jacob, y sabréis que yo soy el Señor Dios. (Ezequiel 13, 9)

  • para descargarla -mientras tú recibes visiones falsas y se te adivinan presagios mentirosos- sobre el cuello de los viles criminales, cuya hora ha llegado con el fin de sus crímenes! (Ezequiel 21, 34)

  • ¿Es que voy a tener por justa la balanza injusta y la bolsa de pesas falsas? (Miqueas 6, 11)

  • en vano me rinde culto, enseñando doctrinas que son preceptos humanos. (Mateo 15, 9)

  • En vano me rinden culto enseñando doctrinas que son preceptos humanos. (Marcos 7, 7)

  • y que de entre vosotros mismos surgirán hombres que enseñarán doctrinas perversas con el fin de arrastrar a los discípulos en pos de sí. (Hechos 20, 30)

  • Cuidado con que nadie os engañe con falsas teorías y vanos razonamientos, apoyados en las tradiciones de los hombres y en los elementos del mundo, y no en Cristo. (Colosenses 2, 8)

  • No os dejéis engañar por doctrinas distintas y extrañas; porque es mejor afianzar el corazón con la gracia que con alimentos que no son de provecho alguno para quienes se aferran a ellos. (Hebreos 13, 9)

  • Como hubo falsos profetas en el pueblo, también habrá entre vosotros falsos maestros, los cuales enseñarán doctrinas de perdición, negarán al Señor que los redimió y se buscarán una ruina fulminante. (II Pedro 2, 1)

  • Por eso, si llego a ir, no dejaré de recordarle su conducta, pues anda diciendo desvergonzadamente cosas falsas contra mí. No contento con esto, no recibe a los hermanos y reprende y echa de la comunidad a los que quieren recibirlos. (III Juan 1, 10)


“Reze pelos infiéis, pelos fervorosos, pelo Papa e por todas as necessidades espirituais e temporais da Santa Igreja, nossa terna mãe. E faça uma oração especial por todos os que trabalham para a salvação das almas e para a glória do nosso Pai celeste.” São Padre Pio de Pietrelcina