Talált 7013 Eredmények: dio
El vencedor heredará estas cosas; yo seré su Dios, y él será mi hijo. (Apocalipsis 21, 7)
Y me llevó en espíritu sobre un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios (Apocalipsis 21, 10)
con la gloria misma de Dios: su esplendor era como el de una piedra preciosísima, como el jaspe cristalino. (Apocalipsis 21, 11)
Al oriente, tres puertas; al norte, tres puertas; al mediodía, tres puertas; al occidente, tres puertas. (Apocalipsis 21, 13)
La ciudad es un cuadrado, y su largura es igual que su anchura. Midió la ciudad con la medida: dos mil doscientos veinte kilómetros: su largura, su anchura y su altura son iguales. (Apocalipsis 21, 16)
Midió su muralla: setenta y siete metros, medida de hombre, que es también medida de ángel. (Apocalipsis 21, 17)
el quinto, de sardónica; el sexto, de sardio; el séptimo, de crisólito; el octavo, de berilo; el noveno, de topacio; el décimo, de crisopasa; el undécimo, de jacinto; el duodécimo, de amatista. (Apocalipsis 21, 20)
No vi en ella ningún templo, porque su templo es el Señor, Dios todopoderoso, y el cordero. (Apocalipsis 21, 22)
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que la iluminen, porque la gloria de Dios la ilumina, y su lámpara es el cordero. (Apocalipsis 21, 23)
El ángel me mostró un río de agua viva, transparente como un cristal, que manaba del trono de Dios y del cordero. (Apocalipsis 22, 1)
En medio de la plaza de la ciudad, y a un lado y otro del río, hay árboles de la vida, que dan doce frutos al año, una vez al mes. Las hojas de los árboles sirven para curar a las naciones. (Apocalipsis 22, 2)
Ya no habrá maldición alguna. El trono de Dios y del cordero estará en la ciudad, y los servidores de Dios lo adorarán; (Apocalipsis 22, 3)