Talált 2376 Eredmények: dijo
El ángel del Señor dijo a Felipe: "Ponte en marcha hacia el sur, por el camino que va de Jerusalén a Gaza a través del desierto". (Hechos 8, 26)
El Espíritu dijo a Felipe: "Avanza y acércate a ese carro". (Hechos 8, 29)
Felipe corrió, oyó que leía al profeta Isaías y dijo: "¿Entiendes lo que estás leyendo?". (Hechos 8, 30)
El eunuco dijo a Felipe: "Por favor, ¿de quién dice esto el profeta? ¿De él o de otro?". (Hechos 8, 34)
Continuaron su camino y llegaron a un lugar donde había agua; el eunuco dijo: "Mira, aquí hay agua; ¿qué impide que me bautice?". (Hechos 8, 36)
El Señor le dijo: "Vete rápidamente a la casa de Judas, en la calle Recta, y pregunta por un tal Saulo de Tarso, que está allí en oración (Hechos 9, 11)
El Señor le dijo: "Anda, que éste es un instrumento que he elegido yo para llevar mi nombre a los paganos, a los reyes y a los israelitas. (Hechos 9, 15)
Ananías partió inmediatamente y entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: "Saulo, hermano mío, vengo de parte de Jesús, el Señor, el que se te apareció en el camino por el que venías, para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo". (Hechos 9, 17)
Pedro le dijo: "Eneas, Jesús, el mesías, te cura; levántate y haz tú mismo la cama". Y al instante se levantó. (Hechos 9, 34)
Pedro echó fuera a todos; luego se arrodilló y se puso a orar; se acercó después al cadáver y dijo: "Tabita, levántate". Ella abrió sus ojos y, al ver a Pedro, se incorporó. (Hechos 9, 40)
Hacia las tres de la tarde tuvo una visión, en la que vio claramente al ángel de Dios, que se le presentó y le dijo: "¡Cornelio!". (Hechos 10, 3)
Y él, mirándolo fijamente y atemorizado, dijo: "¿Qué pasa, Señor?". Y le dijo: "Tus oraciones y tus limosnas han subido a la presencia de Dios, que se ha acordado de ti. (Hechos 10, 4)
