Talált 75 Eredmények: debajo

  • Y escribió estas palabras en el libro de la ley de Dios. Tomó después una gran piedra y la levantó allí, debajo de la encina que había en el santuario del Señor. (Josué 24, 26)

  • Adonisedec dijo: "Setenta reyes, cortados los pulgares de pies y manos, recogían las migajas debajo de mi mesa; Dios me paga con la misma medida". Fue llevado a Jerusalén, y allí murió. (Jueces 1, 7)

  • Aquéllos cogieron en sus manos los cántaros y trompetas del pueblo. A todos los demás hombres de Israel los mandó a cada uno a su tienda, quedándose sólo con los trescientos. El campamento de los madianitas estaba debajo del suyo, en la llanura. (Jueces 7, 8)

  • Saúl estaba sentado en el límite de Guibeá, debajo del granado que hay en Migrón; le acompañaban unos seiscientos hombres. (I Samuel 14, 2)

  • Absalón se encontró frente a frente con los hombres de David. Absalón iba montado en un mulo, y, al pasar por debajo de las ramas de una gran encina, la cabeza de Absalón se enredó en las ramas de la encina y quedó colgado entre el cielo y la tierra. El mulo siguió adelante. (II Samuel 18, 9)

  • Inclinó los cielos y bajó; una densa nube debajo de sus plantas. (II Samuel 22, 10)

  • Los derroté y no podían rehacerse, sucumbían debajo de mis pies. (II Samuel 22, 39)

  • Sobre los paneles había esculpidos leones, bueyes y querubines; y sobre los marcos, tanto encima como debajo de los leones y bueyes, guirnaldas de flores formando colgantes. (I Reyes 7, 29)

  • Cada basa tenía cuatro ruedas de bronce, con sus ejes también de bronce, y en sus cuatro ángulos había unos pies. Estos pies estaban fundidos por debajo del aguamanil y por detrás de cada una de las guirnaldas. (I Reyes 7, 30)

  • Las cuatro ruedas estaban debajo de los paneles, y los ejes de las ruedas, unidos a las basas. La altura de cada rueda era de unos setenta y cinco centímetros. (I Reyes 7, 32)

  • Luego se acostó y se quedó dormido debajo de la retama. Un ángel le tocó y le dijo: "Levántate y come". (I Reyes 19, 5)

  • Y como el Señor no había decretado borrar el nombre de Israel de debajo del cielo, le salvó por medio de Jeroboán, hijo de Joás. (II Reyes 14, 27)


“O meu passado, Senhor, à Tua misericórdia. O meu Presente, ao Teu amor. O meu futuro, à Tua Providência.” São Padre Pio de Pietrelcina