Talált 179 Eredmények: cuenta

  • No tiene en cuenta el brío del caballo ni se complace en los músculos del hombre; (Salmos 147, 10)

  • Pero después de todo esto cayó enfermo y se dio cuenta de que iba a morir. (I Macabeos 1, 5)

  • Pero se dio cuenta de que el dinero faltaba en el tesoro y que los tributos de la provincia habían bajado debido a las discordias y daños que él había causado en el país al suprimir las leyes vigentes desde antiguo. (I Macabeos 3, 29)

  • Judas se dio cuenta de que había llegado con engaño, tuvo miedo y no quiso verlo más. (I Macabeos 7, 30)

  • Judas se dio cuenta de que Báquides y la parte más fuerte del ejército estaban en la derecha, y, juntándose con los más decididos, (I Macabeos 9, 14)

  • Los gastos de construcción y restauración del templo serán de cuenta del rey, (I Macabeos 10, 44)

  • Cuando el rey llegó a Tiro, tres hombres enviados por el consejo de ancianos le dieron cuenta de aquellas crueldades. (II Macabeos 4, 44)

  • No se daba cuenta Antíoco, lleno de orgullo, de que, por los pecados de los habitantes de la ciudad, y por breve tiempo, el Señor se había airado, y que por esta misma razón había sido profanado el templo. (II Macabeos 5, 17)

  • Así pues, pasó aviso a las ciudades del litoral para que vinieran a comprar esclavos judíos, prometiendo dar noventa esclavos por treinta y cuatro kilos de plata, no cayendo en la cuenta que la justicia de Dios omnipotente caería sobre él. (II Macabeos 8, 11)

  • Solamente entonces, torturado por aquellas llagas, comenzó a menguar en su extraordinaria soberbia y a darse cuenta de que aquel estado era un castigo de Dios, viendo que sus dolores aumentaban por momentos. (II Macabeos 9, 11)

  • Os pido que, teniendo en cuenta el bien común y el de cada uno, conservéis vuestra benevolencia hacia mí y hacia mi hijo. (II Macabeos 9, 26)

  • Nicanor, dándose cuenta de que Judas había desaparecido con astucia, subió al templo a la misma hora que los sacerdotes ofrecían la víctima y les mandó que le entregaran al Macabeo. (II Macabeos 14, 31)


“Nunca se canse de rezar e de ensinar a rezar.” São Padre Pio de Pietrelcina