Talált 1353 Eredmények: contra

  • El pueblo se quejó al Señor de sus desgracias. El Señor lo oyó, montó en cólera y mandó contra ellos un fuego, que devoró uno de los flancos del campamento. (Números 11, 1)

  • Llamaron a aquel lugar Taberá, porque allí se había encendido contra ellos el fuego del Señor. (Números 11, 3)

  • Todavía tenían la carne entre los dientes, sin haberla aún acabado, cuando el Señor montó en cólera contra el pueblo y lo hirió con una gran plaga. (Números 11, 33)

  • María y Aarón murmuraban contra Moisés por la mujer cusita que había tomado por esposa. (Números 12, 1)

  • Yo le hablo cara a cara y a las claras, no en enigmas, y él contempla la figura del Señor. ¿Por qué os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?". (Números 12, 8)

  • Dios montó en cólera contra ellos, y se fue. (Números 12, 9)

  • Pero los que habían subido con él decían: "No podemos subir contra ese pueblo, pues es más fuerte que nosotros". (Números 13, 31)

  • y todos los israelitas murmuraban contra Moisés y Aarón. La comunidad entera decía: "¡Ojalá hubiéramos muerto en Egipto! ¿Por qué no moriremos en este desierto? (Números 14, 2)

  • No os rebeléis contra el Señor ni tengáis miedo de la gente de esa tierra, pues nos los comeremos como un bocado de pan. Ellos se han quedado sin defensa, y con nosotros está el Señor; no les tengáis miedo". (Números 14, 9)

  • "¿Hasta cuándo habré de soportar a esta comunidad perversa que murmura contra mí? He oído las murmuraciones de los israelitas contra mí. (Números 14, 27)

  • en este desierto quedarán vuestros cadáveres, los de todos los que fuisteis alistados de veinte años para arriba y habéis murmurado contra mí. (Números 14, 29)

  • Yo, el Señor, lo he dicho. Así trataré yo a esta comunidad perversa que se ha confabulado contra mí. En este desierto se consumirán, en él morirán". (Números 14, 35)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina