Talált 1922 Eredmények: campamento de Israel

  • Hermanos, no quiero que ignoréis este misterio -para que no presumáis de vosotros mismos-: el endurecimiento de una parte de Israel ha sucedido hasta que todos los paganos hayan entrado; (Romanos 11, 25)

  • entonces todo Israel se salvará, como dice la Escritura: Vendrá el libertador de Sión, apartará los crímenes de Jacob. (Romanos 11, 26)

  • Fijaos en el pueblo de Israel. ¿No quedan unidos al altar los que comen de las víctimas ofrecidas en él? (I Corintios 10, 18)

  • Paz y misericordia a todos los que vivan conforme a esta regla y al Israel de Dios. (Gálatas 6, 16)

  • estabais en otro tiempo sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a las alianzas, sin esperanza de la promesa y sin Dios en el mundo; (Efesios 2, 12)

  • Fui circuncidado al octavo día; soy del linaje de Israel; de la tribu de Benjamín; hebreo, hijo de hebreos y, por lo que a la ley se refiere, fariseo; (Filipenses 3, 5)

  • Sin embargo, les dice en tono de recriminación: Vienen días dice el Señor, en que yo haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva, (Hebreos 8, 8)

  • Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel, después de aquellos días, dice el Señor. Pondré mis leyes en su mente, las escribiré en su corazón, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. (Hebreos 8, 10)

  • Por la fe celebró la pascua y roció con sangre las puertas para que el exterminador no tocase a los primogénitos de Israel. (Hebreos 11, 28)

  • En efecto, el cuerpo de las víctimas, cuya sangre introduce el sumo sacerdote en el santuario para el rito de la absolución de los pecados, es quemado fuera del campamento. (Hebreos 13, 11)

  • Salgamos, pues, a su encuentro, fuera del campamento, compartiendo sus ultrajes. (Hebreos 13, 13)

  • Y oí el número de los sellados de todas las tribus de Israel: ciento cuarenta y cuatro mil: (Apocalipsis 7, 4)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina