Talált 132 Eredmények: batalla final

  • bajaba al final de la montaña que está frente al valle de Ben-Hinnón, al norte de la llanura de los refaimitas, y por el valle de Ben-Hinnón, al lado de los jebuseos, hacia el sur, hasta En Rogel; (Josué 18, 16)

  • Gedeón, hijo de Joás, volviendo de la batalla por la subida de Jares, (Jueces 8, 13)

  • ¡Quién pusiera este pueblo en mis manos! Quitaría de en medio a Abimelec y le diría: Refuerza tu ejército y sal a la batalla". (Jueces 9, 29)

  • Zebul le dijo: "¿Dónde está ahora tu boca, que decía: Quién es Abimelec para que le sirvamos? ¿No es ésta la gente a la que tú despreciabas? Sal ahora y preséntales batalla". (Jueces 9, 38)

  • Salió Gaal a la cabeza de los nobles de Siquén y entabló batalla con Abimelec. (Jueces 9, 39)

  • Entonces Jefté reunió a todos los hombres de Galaad, dio la batalla a Efraín, y los hombres de Galaad vencieron a los de Efraín. Los de Efraín decían que los de Galaad, que vivían entre Efraín y Manasés, eran fugitivos de Efraín. (Jueces 12, 4)

  • para luchar contra Benjamín, colocándose en orden de batalla contra ellos. (Jueces 20, 20)

  • Entonces los israelitas se hicieron fuertes y volvieron a presentar batalla en el mismo lugar del día anterior. (Jueces 20, 23)

  • al tercer día marcharon contra los de Benjamín y se pusieron en orden de batalla frente a Guibeá, como las otras veces. (Jueces 20, 30)

  • Entonces, mientras los israelitas se movieron de su puesto y se pusieron en orden de batalla en Baal Tamar, la emboscada de Israel surgió de su puesto al poniente de Guibeá. (Jueces 20, 33)

  • Los israelitas volvieron la espalda en el combate. Benjamín había matado a unos treinta hombres de Israel y se decía: "Están vencidos ante nosotros, como en la batalla anterior". (Jueces 20, 39)

  • Los filisteos se pusieron en orden de batalla. El combate fue duro, e Israel fue derrotado por los filisteos; cayeron en el campo de batalla cerca de cuarenta mil hombres. (I Samuel 4, 2)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina