Talált 72 Eredmények: algún

  • Al cabo de algún tiempo, los amonitas declararon la guerra a Israel, (Jueces 11, 4)

  • Después de algún tiempo volvió para casarse con ella; se desvió de su camino para ver el cadáver del león, y vio en los huesos del león un enjambre de abejas con miel. (Jueces 14, 8)

  • Algún tiempo después, en los días de la siega del trigo, Sansón fue a ver a su mujer. Le llevaba un cabrito. Y dijo: "Quiero entrar a ver a mi mujer en la alcoba". Pero el suegro no le dejó entrar, (Jueces 15, 1)

  • David preguntó: "¿Queda algún superviviente de la casa de Saúl a quien pueda yo favorecer por amor a Jonatán?". (II Samuel 9, 1)

  • lo llamó y le dijo: "¿No te juré yo por el Señor y te advertí seriamente que el día que salieras o te fueras a algún sitio, morirías sin remedio, y me respondiste que te parecía bien y que quedabas enterado? (I Reyes 2, 42)

  • Pero al cabo de algún tiempo se secó el torrente por no haber llovido en el país. (I Reyes 17, 7)

  • Fue e hizo lo que Elías le había dicho, y tuvieron para comer él, ella y toda su casa durante algún tiempo. (I Reyes 17, 15)

  • Después de algún tiempo el hijo del ama de la casa cayó gravemente enfermo y murió. (I Reyes 17, 17)

  • Josafat repuso: "¿No habrá aquí algún otro profeta del Señor, para consultarle?". (I Reyes 22, 7)

  • Luego le dijeron: "Mira, entre tus siervos hay cincuenta hombres robustos. Que vayan y busquen a tu amo, no sea que le haya arrebatado el espíritu del Señor y le haya arrojado en algún monte o en algún valle". Pero él dijo: "No los mandéis". (II Reyes 2, 16)

  • Pero Josafat preguntó: "¿No habrá aquí algún profeta del Señor, para consultar al Señor por su medio?". Uno de los servidores del rey de Israel dijo: "Aquí está Eliseo, el hijo de Safat, el que vertía agua en las manos de Elías". (II Reyes 3, 11)

  • lo recibirán los sacerdotes, cada uno de su conocido, y ellos repararán los desperfectos del templo en cualquier parte que se encuentre algún desperfecto". (II Reyes 12, 6)


“Dirás tu o mais belo dos credos quando houver noite em redor de ti, na hora do sacrifício, na dor, no supremo esforço duma vontade inquebrantável para o bem. Este credo é como um relâmpago que rasga a escuridão de teu espírito e no seu brilho te eleva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina