Talált 320 Eredmények: Voz

  • Tengo ahora ochenta años. ¿Puedo distinguir todavía entre el bien y el mal? ¿Puede saborear tu siervo lo que come y lo que bebe? ¿Puedo escuchar todavía la voz de los cantores y cantoras? ¿Por qué va a ser tu siervo una carga para mi señor, el rey? (II Samuel 19, 36)

  • Clamé al Señor en mi angustia, hacia mi Dios alcé mi grito: y él escuchó mi voz desde su templo, mi grito llegó hasta sus oídos. (II Samuel 22, 7)

  • El Señor tronó desde los cielos, el altísimo hizo sonar su voz. (II Samuel 22, 14)

  • y puesto en pie, bendijo a toda la comunidad israelita en alta voz, diciendo: (I Reyes 8, 55)

  • Esto dice el Señor: No vayáis a luchar con vuestros hermanos, los israelitas. Volveos a vuestras casas, pues esto ha sucedido porque yo lo he querido". Ellos obedecieron la voz del Señor, y se volvieron, como lo ordenaba el Señor. (I Reyes 12, 24)

  • Les entregaron el novillo que eligieron, lo prepararon y se pusieron a invocar el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: "¡Oh, Baal, respóndenos!". Pero no se oía voz alguna, ni nadie respondía. Y ellos continuaban danzando en torno al altar que habían hecho. (I Reyes 18, 26)

  • Pasado el mediodía, continuaron en su paroxismo hasta la hora de la ofrenda del sacrificio. Pero no se oía voz alguna, ni nadie respondía ni hacía caso. (I Reyes 18, 29)

  • Elías, al oírlo, se cubrió el rostro con su capa, salió fuera y se quedó de pie a la entrada de la cueva. Y una voz le preguntó: "¿Qué haces aquí, Elías?". (I Reyes 19, 13)

  • le dijo: "Por no haber obedecido a la voz del Señor, cuando te separes de mí, te matará un león". Y apenas se separó de su lado, un león lo encontró y lo mató. (I Reyes 20, 36)

  • Y puesto en pie gritó en judío con voz potente: "Oíd la palabra del rey grande, el rey de Asiria: (II Reyes 18, 28)

  • ¿A quién has injuriado y ultrajado, o contra quién has alzado la voz? Has levantado tus ojos al cielo contra el Santo de Israel. (II Reyes 19, 22)

  • Esto dice el Señor: No vayáis a luchar contra vuestros hermanos; volveos a vuestras casas, pues esto ha sucedido porque yo lo he querido". Ellos obedecieron la voz del Señor, y se volvieron sin luchar contra Jeroboán. (II Crónicas 11, 4)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina