Talált 29 Eredmények: Virtud

  • Al que se le encontraba el libro de la alianza, o al que observaba la ley, se le condenaba a muerte en virtud del decreto real. (I Macabeos 1, 57)

  • Y así murió, dejando no sólo a los jóvenes, sino a la mayor parte de la nación un ejemplo de nobleza y un monumento de virtud y fortaleza con su muerte. (II Macabeos 6, 31)

  • El sueño era éste: Onías, dulce en el trato, de palabra elegante y que desde la niñez se había ejercitado en la virtud, con las manos levantadas oraba por el pueblo de los judíos. (II Macabeos 15, 12)

  • Más vale no tener hijos y poseer la virtud, porque el recuerdo de la virtud es inmortal; Dios y los hombres la estiman igualmente. (Sabiduría 4, 1)

  • Así nosotros; apenas nacidos, ya morimos sin dejar una huella de virtud y consumidos en el vicio". (Sabiduría 5, 13)

  • Tú te acordarás de tu conducta y te avergonzarás de ella cuando recibas a tus hermanas mayores junto con las menores; yo te las daré como hijas, pero no en virtud de la alianza pactada contigo. (Ezequiel 16, 61)

  • El nacimiento de Jesucristo fue así: María, su madre, estaba desposada con José, y, antes de que vivieran juntos, se encontró encinta por virtud del Espíritu Santo. (Mateo 1, 18)

  • sabed todos vosotros y todo el pueblo de Israel que éste se encuentra sano ante vosotros en virtud del nombre de Jesucristo, el Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y Dios resucitó de entre los muertos. (Hechos 4, 10)

  • A él debemos, en virtud de la fe, este estado de gracia, en que nos mantenemos firmes y nos alegramos con la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. (Romanos 5, 2)

  • Esto quiere decir que los hijos de Dios no son los que pertenecen a una raza, sino los que nacen en virtud de la promesa. (Romanos 9, 8)

  • En virtud de la misión que Dios me ha encomendado, os digo a cada uno de vosotros que no se tenga en más de lo que debe tenerse, sino que procure pensar siempre de sí con sencillez, conforme a la fe que Dios le haya dado. (Romanos 12, 3)

  • A pesar de todo, me he atrevido a escribiros para recordaros algunas cosas. Lo hago en virtud del privilegio que Dios me ha concedido (Romanos 15, 15)


“A natureza humana também quer a sua parte. Até Maria, Mãe de Jesus, que sabia que por meio de Sua morte a humanidade seria redimida, chorou e sofreu – e como sofreu!” São Padre Pio de Pietrelcina