Talált 112 Eredmények: Sean
La distribuiréis por suertes entre vuestros clanes; según éstos sean más o menos numerosos, les daréis una heredad grande o pequeña. La que caiga en suerte a cada uno, ésa será su heredad, y haréis la partición según las tribus patriarcales. (Números 33, 54)
no vayáis a prevaricar haciéndoos imágenes talladas de cualquier forma que sean: de hombre o de mujer, (Deuteronomio 4, 16)
Pero no comeréis los siguientes, aunque sean rumiantes y tengan la pezuña partida: el camello, la liebre y el tejón, porque son rumiantes pero no tienen la pezuña partida; debéis tenerlos por impuros. (Deuteronomio 14, 7)
No plantes cipos sagrados, de cualquier madera que sean, junto al altar que construirá para ti el Señor, tu Dios; (Deuteronomio 16, 21)
Tendrás pesos exactos y cabales; y lo mismo serán tus medidas, para que sean largos tus días sobre la tierra que el Señor, tu Dios, te da. (Deuteronomio 25, 15)
ante los que comían la grasa de sus víctimas y bebían el vino de sus ofrendas? ¡Que se levanten y os socorran, que sean para vosotros un refugio! (Deuteronomio 32, 38)
¡De hierro y bronce sean tus cerrojos, y la seguridad te acompañe toda la vida! (Deuteronomio 33, 25)
Y los jefes añadieron: "Que vivan, pero que sean los leñadores y aguadores al servicio de toda la comunidad". (Josué 9, 21)
porque la montaña será vuestra; si es selva, la roturaréis y será vuestra con sus términos, porque vosotros echaréis de allí a los cananeos, aunque tengan carros de hierro y sean fuertes". (Josué 17, 18)
Así perezcan todos tus enemigos, oh, Señor; y aquellos que te aman, sean como el sol cuando se levanta con todo vigor". (Jueces 5, 31)
Matad a todos los varones y a todas las mujeres que no sean vírgenes, pero dejad con vida a las vírgenes". Así lo hicieron. (Jueces 21, 11)
Y ahora, que el rey, mi señor, se digne escuchar las palabras de su siervo: Si es el Señor quien te excita contra mí, que sea aplacado con una ofrenda; pero si son los hombres, malditos sean del Señor, pues me echan hoy para que no participe en la herencia del Señor, diciendo: Vete a servir a dioses extraños. (I Samuel 26, 19)