Talált 339 Eredmények: Reyes Persas
Él es quien hace cambiar tiempos y estaciones, depone a los reyes y los entroniza, da sabiduría a los sabios y ciencia a los que saben comprender. (Daniel 2, 21)
Tú, oh rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el imperio, la fuerza, el poder y la gloria, (Daniel 2, 37)
En los días de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un imperio que jamás será destruido y cuya soberanía no pasará a otro pueblo. Pulverizará y aniquilará a todos estos imperios, mientras que él subsistirá eternamente, (Daniel 2, 44)
Después el monarca dijo a Daniel: "Ciertamente vuestro Dios es el Dios de los dioses, el Señor de los reyes, el revelador de los misterios, ya que tú has podido descifrar este enigma". (Daniel 2, 47)
Parsín: Tu imperio ha sido dividido y entregado a los medos y los persas". (Daniel 5, 28)
Oh rey, promulga esta prohibición y firma el documento para que sea irreformable, conforme a la ley de los medos y los persas, que es irrevocable". (Daniel 6, 9)
En seguida se presentaron al rey y le dijeron a propósito del decreto de prohibición: "¿No has firmado una prohibición que todo el que en el espacio de treinta días dirija una oración a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea arrojado en la fosa de los leones?". El rey respondió: "Sí, así está establecido según la ley de los medos y los persas, que es irrevocable". (Daniel 6, 13)
Pero aquellos hombres se presentaron atropelladamente ante el rey y le dijeron: "No olvides, oh rey, que, según la ley de los medos y los persas, ninguna prohibición o edicto que haya dado el rey puede ser revocada". (Daniel 6, 16)
Estas cuatro bestias enormes son cuatro reyes, que aparecerán sobre la tierra; (Daniel 7, 17)
Los diez cuernos significan que de este reino surgirán diez reyes, y que después de ellos surgirá otro, distinto de los precedentes, que derribará a tres de ellos. (Daniel 7, 24)
El carnero con dos cuernos que has visto, representa al rey de los medos y de los persas. (Daniel 8, 20)
No hemos escuchado a los profetas, tus siervos, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo del país. (Daniel 9, 6)