Talált 864 Eredmények: Ram

  • El sacerdote tomará con su dedo de la sangre de la víctima, untará con ella los cuernos del altar de los holocaustos y derramará toda la sangre restante al pie del mismo altar. (Levítico 4, 25)

  • El sacerdote tomará con su dedo de la sangre, untará con ella los cuernos del altar de los holocaustos y derramará toda la sangre restante al pie del altar. (Levítico 4, 30)

  • El sacerdote tomará con el dedo de la sangre del sacrificio por el pecado, untará con ella los cuernos del altar de los holocaustos y derramará toda la sangre restante al pie del altar. (Levítico 4, 34)

  • si uno hace a la ligera un juramento de hacer algo bueno o malo -uno de esos juramentos que se hacen sin pensar-, al darse cuenta será culpable; (Levítico 5, 4)

  • y lo que haya obtenido por el juramento falso; lo restituirá íntegramente a su propietario el día de la reparación más un veinte por ciento. (Levítico 5, 24)

  • La víctima será inmolada en el lugar donde se inmolan los holocaustos, y la sangre será derramada en torno del altar. (Levítico 7, 2)

  • De cada ofrenda se reservará una porción como tributo al Señor, la cual será para el sacerdote que haya derramado la sangre del sacrificio de reconciliación. (Levítico 7, 14)

  • Derramó el óleo de la unción sobre la cabeza de Aarón, lo ungió y lo consagró. (Levítico 8, 12)

  • Moisés lo inmoló y, mojando sus dedos en la sangre, untó con ella los cuernos del altar todo alrededor y lo purificó. Luego derramó la sangre al pie del altar y lo consagró haciendo sobre él el rito de absolución. (Levítico 8, 15)

  • Moisés lo inmoló y derramó su sangre en torno al altar. (Levítico 8, 19)

  • Hizo acercarse a los hijos de Aarón, y ungió con la sangre el lóbulo de su oreja derecha, el pulgar de su mano derecha y el dedo gordo de su pie derecho. La sangre restante la derramó en torno del altar. (Levítico 8, 24)

  • Sus hijos le presentaron la sangre, y él, mojando su dedo, untó con ella los cuernos del altar, derramando la restante al pie del mismo. (Levítico 9, 9)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina