Talált 158 Eredmények: Pedro

  • Pedro y Juan iban un día al templo a la hora de la oración, a las tres de la tarde. (Hechos 3, 1)

  • Al ver a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les pidió limosna. (Hechos 3, 3)

  • Pedro y Juan clavaron sus ojos en él; y Pedro le dijo: "Míranos". (Hechos 3, 4)

  • Pedro dijo: "No tengo plata ni oro; pero lo que tengo, eso te doy: en nombre de Jesucristo, el Nazareno, echa a andar". (Hechos 3, 6)

  • Él no se apartaba de Pedro y de Juan; y todo el pueblo, asombrado, fue corriendo a juntarse con ellos en el pórtico de Salomón. (Hechos 3, 11)

  • Pedro, al ver esto, dijo al pueblo: "Israelitas, ¿por qué os asombráis de esto y por qué nos miráis como si por nuestro propio poder o por nuestra bondad hubiéramos hecho andar a éste? (Hechos 3, 12)

  • Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: "Jefes del pueblo y ancianos de Israel, (Hechos 4, 8)

  • Al ver, por una parte, la valentía de Pedro y Juan, y comprendiendo, por otra, que eran hombres sin instrucción y cultura, estaban sorprendidos. Reconocían que habían estado con Jesús; (Hechos 4, 13)

  • Pedro y Juan les replicaron: "¿Os parece justo ante Dios que os obedezcamos a vosotros antes que a él? (Hechos 4, 19)

  • Pedro le dijo: "Ananías, ¿por qué has dejado que entre dentro de ti Satanás para mentir al Espíritu Santo y quedarte con parte del precio del campo? (Hechos 5, 3)

  • Pedro le preguntó: "Dime si vendisteis el campo en tanto". Y ella contestó: "Sí, en tanto". (Hechos 5, 8)

  • Pedro replicó: "¿Por qué os pusisteis de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor? Ahí tienes a la puerta los pies de los que acaban de enterrar a tu marido; ellos te llevarán a ti también". (Hechos 5, 9)


“Queira o dulcíssimo Jesus conservar-nos na Sua graça e dar-nos a felicidade de sermos admitidos, quando Ele quiser, no eterno convívio…” São Padre Pio de Pietrelcina