Talált 143 Eredmények: Paso

  • Y vosotros responderéis: Las aguas del Jordán se dividieron delante del arca de la alianza del Señor; se separaron a su paso por el Jordán. Estas piedras son para los israelitas un recuerdo perpetuo". (Josué 4, 7)

  • Cuando todo el pueblo terminó de pasar, pasó el arca del Señor, y los sacerdotes se pusieron al frente del pueblo. (Josué 4, 11)

  • vosotros les daréis esta explicación: Israel pasó este Jordán a pie enjuto, (Josué 4, 22)

  • Josué los hizo partir. Ellos fueron al lugar de la emboscada y se apostaron entre Betel y Ay, al occidente de Ay. Josué pasó la noche en el campamento. (Josué 8, 9)

  • Josué se levantó de madrugada, pasó revista al pueblo y subió contra Ay, él y los ancianos de Israel a la cabeza del pueblo. (Josué 8, 10)

  • El pueblo estaba acampado al norte de la ciudad, y la emboscada al poniente. Josué pasó aquella noche en el campamento. (Josué 8, 13)

  • Ese mismo día Josué tomó a Maqueda y la destruyó; pasó a filo de espada a todos los que vivían en ella sin dejar ni un superviviente; al rey de Maqueda lo trató como había tratado al rey de Jericó. (Josué 10, 28)

  • El Señor la entregó también, con su rey, en manos de Israel, que la pasó a filo de espada con todos los que vivían en ella sin dejar un superviviente. Y trató a su rey como había tratado al de Jericó. (Josué 10, 30)

  • El Señor entregó a Laquis en manos de Israel, que la tomó al segundo día, y pasó a filo de espada a todos los que vivían en ella, como había hecho con Libná. (Josué 10, 32)

  • Entonces Josué se volvió, tomó Jasor y pasó a filo de espada a su rey. Jasor era entonces la capital de todos estos reinos. (Josué 11, 10)

  • Consagró al exterminio y pasó a filo de espada a todos los que vivían en ella. No quedó ni un superviviente, y Jasor fue pasto de las llamas. (Josué 11, 11)

  • Josué se apoderó de todas las ciudades de estos reyes, y a todos los pasó a filo de espada, consagrándolos al exterminio, como había mandado Moisés, siervo del Señor. (Josué 11, 12)


“Amemos ao próximo. Custa tão pouco querer bem ao outro.” São Padre Pio de Pietrelcina